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Foto del escritorGabriel Lopez Limon

¡Yo estoy equivocado, ellos tienen la razón!



Considerando el punto de vista de una persona normal, una que no siempre tiene la razón, podemos imaginar los escenarios que cobran vida. Siempre tenemos poca claridad acerca de lo que se debe hacer o decir en cualquier situación. La duda se encuentra presente en cada paso. Algunas personas entrometidas tratan de decirnos lo que debemos hacer, pero no estamos seguros. Siempre queremos contar con más tiempo para pensarlo. Entonces él o ella nos explican sus argumentos, suenan perfectamente válidos, pero aún así, necesitamos asegurarnos de que aplica a nosotros. Entonces él o ella pierden los estribos y ordenan que se tome acción al respecto, lo que nos orilla a entrar en una pelea con esa persona o a llevar a cabo algo de lo cual no estamos totalmente convencidos, casi asegurando con esto su fracaso desde el inicio.


Si cada paso prometedor termina en desilusión y más problemas, ¿Porque tendríamos que preocuparnos en si tener la razón es suficiente o no? Bueno, nosotros creemos firmemente que usted ya ha descubierto que TENER LA RAZÓN NO ES SUFICIENTE, pero no ha sido capaz aun de encontrar la salida a su situación actual utilizando este conocimiento.

Hemos adoptado como una verdad fundamental, el que, en la vida cotidiana, cada persona está haciendo su máximo esfuerzo por hacer lo que considera correcto. No hemos encontrado hasta ahora una persona que haya aceptado que su meta en la vida es estar equivocado. De la misma manera que es prácticamente imposible tener siempre la razón en todo, es también muy improbable que una persona pueda estar equivocada siempre.


Como agentes de cambio, hemos visto tantas iniciativas correctas generar resultados negativos, hemos dado consejo a tantos directivos con ideas y actitudes correctas pero que no pudieron permanecer más allá de seis meses en sus trabajos. Y, de la misma manera, muchas veces hemos visto con ojos incrédulos como soluciones aparentemente equivocadas han logrado producir resultados maravillosos, que podemos asegurarle: nos es porque que no tengamos la razón que las cosas no van conforme a nuestros deseos, es principalmente porque tener la razón no es suficiente que las cosas no suceden conforme a lo esperado.

No, claro está que no podemos decir que nunca nos equivocamos, eso sería irreal. O que deberíamos tener como objetivo estar equivocados para producir buenos resultados, eso sería irresponsable y suicida. Lo que estamos diciendo, es que si las cosas no van como nosotros lo deseamos, es en gran medida, el resultado de que tener la razón no es suficiente, más que por porque nosotros hayamos estado equivocados todo el tiempo.


Cuando nuestro jefe gana todas las discusiones, no es necesariamente porque él está en lo correcto y nosotros no; es más probable que su punto de vista prevalezca únicamente porque él tiene el poder para forzarlo. Cuando un abusivo se sale con la suya y nosotros no, no es porque él está en lo correcto y nosotros no; es porque preferimos evitar la confrontación con él.


No es entonces un asunto de quien tiene la razón y quién no. Es una cuestión de quien tiene más poder para imponer su punto de vista. Puede ser que en este momento no tengamos la mano ganadora, pero sabemos que tarde o temprano las cosas dan vuelta, y entonces nos aseguraremos que aquellos que impusieron sus creencias sobre nosotros paguen el precio.

Estar siempre equivocado, mientras que los otros siempre tienen la razón, es el suelo perfecto para el crecimiento de la frustración y el resentimiento, lo que nos conducirá a convertirnos en el obstáculo mas grande posible para las iniciativas de mejora de otras personas. ¿Por qué deberíamos de permitir que ellos sean exitosos, cuando nosotros no?


ESTAR EQUIVOCADOS SIEMPRE, MIENTRAS LOS DEMAS SIEMPRE TIENEN LA RAZÓN, NO SOLO NO ES SUFICIENTE, ¡ES DESASTROSO!



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