¿Los ESTÁNDARES, son estándares?

Tendemos a dar muchas cosas por sentadas. Una de ellas es asumir que todos entendemos lo mismo por ciertas palabras en el mundo de la manufactura. Y por supuesto, estamos enamorados de las siglas: OEE, 5S, TOC, ERP, etc.

El punto es que usamos estas palabras o abreviaciones, como si hubieran sido entregadas por Dios a Moises junto con los 10 mandamientos. Damos como un hecho que todo el mundo tiene la obligación de saberlas y aplicarlas … ¡o les caerá una maldición divina!

Sin embargo, haremos bien al recordar que cada individuo de este planeta ha desarrollado su propia perspectiva de TODO. (Incluso entre hermanos tenemos una imagen diferente de nuestros padres). Aunque parezca redundancia y pérdida de tiempo, en la realidad nunca está de mas establecer claramente ante la persona o grupo en cuestión, el concepto que se esta manejando.

En una de mis primeras aplicaciones de la Teoría de la Restricciones, para una gran empresa transnacional, el gerente de planta dió la indicación al planeador, para que me enviara, lo más rápido posible, los estándares de producción de cada máquina para que pudiéramos identificar a la brevedad posible la Restricción del Sistema. Todos asumimos que el tema estaba claro y que yo tendría la información a mas tardar en un par de días. Sin embargo, pasaron 3 semanas y yo no recibía nada. Después de varios intentos de dialogo, solicitudes, evasivas y promesas, tuve que acorralar al planeador y decirle que no podía esperar mas, sus jefes estaban sobre mi pidiendo resultados. Cabizbajo, me contestó: “ya se que debo mandarte los estándares, lo que nadie me puede aclarar es cuales estándares debo enviarte: ¿los que mandamos al corporativo?, ¿los que reportamos a la dirección?, ¿o los que uso para planear?” …

Situaciones cómo está me han enseñado a nunca dar por sentado que todos entendemos lo mismo al usar ciertas palabras. Si el tema es crítico, mas nos vale dedicar 15 ó 30 minutos a dejarlo bien claro para no perder días dando vueltas y quemando recursos de manera innecesaria.

A Eli le gustaba recordarnos: “si no puedes transmitir claridad, lo único que transmites es tu propia confusión”