Uno de nuestros ejercicios favoritos cuando trabajamos con grupos, consiste en presentarles una caja completamente sellada que contiene una figura. La caja es un cubo perfecto, y la única manera de ver su contenido es a través de dos pequeños agujeros que se encuentran en dos caras diferentes del mismo. Desde una de las mirillas, los participantes verán un rectángulo, mientras que, desde la otra, verán un círculo.
Pedimos a todos los participantes, excepto a uno, mirar a través de la misma perforación y escribir lo que ven- digamos el rectángulo-. Entonces pedimos al participante que resta ver a través del otro agujero y anotar sus observaciones – el círculo para nuestro ejemplo-.
Cuando le preguntamos al grupo qué es lo que vieron, la respuesta es unánime: ¡Un rectángulo! Muchas veces, la persona que vio el círculo, no se atreve a decirlo hasta que lo forzamos. Cuando manifiesta un resultado diferente al del resto del grupo, normalmente se produce un momento de silencio, pero después, todos sus compañeros le hacen bromas acerca de sus escasos conocimientos de geometría, ¿cómo puede no haber identificado un rectángulo?
Después de unos momentos, les pedimos llegar a una decisión unánime acerca del contenido de la caja. Entonces, algo muy gracioso sucede, nueve de cada diez veces, alguien propone el mecanismo de votación como la forma de llegar a una decisión, ¡vaya sorpresa!
En diez años que llevamos de realizar este ejercicio, ninguno de los grupos ha llegado a la conclusión de que dentro de la caja hay un rectángulo Y un círculo: hay un cilindro. Ni una sola vez han pensado en sumar sus resultados para llegar a una solución más completa.
Ellos asumen de manera inmediata, que debido a que sus respuestas son diferentes, una tiene que estar equivocada.
El objetivo de este juego es lograr que los participantes se percaten de que, de acuerdo con los principios básicos de la geometría, cualquier punto en el espacio puede ser visto desde al menos tres ángulos diferentes –x, y, z-, los cuales pueden generar vistas dramáticamente diferentes, pero todas ellas correctas. Es únicamente cuando añadimos los tres resultados, que podemos desarrollar una visión más completa de la realidad.
En nuestras decisiones del día con día, existen mucho mas que solo tres posibles puntos de vista. Los descuentos a los clientes pueden seguramente ser vistos de una manera desde la perspectiva del departamento de ventas, de una manera muy diferente por el personal del departamento de producción, de otro modo por el personal de finanzas, y de una manera distinta por el personal de las oficinas generales en el corporativo.
A menos que nos reunamos y compartamos nuestros pedazos de conocimiento, nunca podremos tener una película completa de la realidad, y como consecuencia, todas nuestras decisiones estarán basadas en datos incompletos, si no es que lo hacemos basados en puras corazonadas.
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